1970-1976 Luis Echeverría Álvarez

Luis Echeverría se propuso abrir canales de comunicación con los sectores sociales, en particular con los intelectuales, los universitarios y grupos disidentes de izquierda. Con ese objetivo emprendió la política de apertura democrática, con el propósito de que su gobierno fuera visto como una nueva alternativa que recogía a la sociedad la crítica a los actos represivos del gobierno de Díaz Ordaz.
Política
Se comenzaron hacer predicciones en el sentido de que en el nuevo sexenio de cumpliría la famosa “ley del péndulo”, la cual sostiene que en la historia posrevolucionaria de México, a un presidente conservador sigue uno de tendencia liberal y así sucesivamente.
En el período de Echeverría surgió además la idea de que el cambio más importante para el país no era sólo de condiciones sociales, políticas o económicas, sino un cambio de estructuras mentales y empezó a hablar de autocrítica, de apertura política y del valor de la “praxis”.
Por la expresión de estas ideas, Echeverría, al finalizar la época de los sesenta, una autocrítica del sistema político establecido por la familia revolucionaria, lo cual no dejaba de causar cierta inquietud entre algunos grupos influyentes en la política o en la economía, que veían con desconfianza el nuevo giro que tomaban las cosas después de 1968, pues desde los primeros días de la campaña electoral pudo observarse que se trataba de un serio intento para renovar las estructuras económicas y políticas de México.
Al analizar estas dos ideas básicas de la autocrítica echeverrista, se puede inferir que la tendencia del nuevo gobierno llevaba la intención de volver al equilibrio del régimen sostenido en el binomio populismo-capitalismo, como un medio de dar satisfacción a las demandas de lñas nuevas generaciones que resistían el cambio de rumbo, desfavorable para ellas, operado en el sistema desde el inicio de la posguerra.
Economía
Un proyecto reformista en lo económico que habría de corregir los defectos del modelo de desarrollo estabilizador, el cual, según decía, no solo había sido incapaz de lograr la justicia social sino que por el contrario, había creado una aguda concentración del ingreso en las altas capas de la sociedad, acentuando con ello las desigualdades.
Reconoció que el progreso material del país se había logrado a costa del sacrificio de la economía popular y de la excesiva explotación de los trabajadores. Prometió también reorganizar la reforma agraria mediante mecanismos de colaboración entre predios ejidales y privados, y replanteó la idea de colectivizar los ejidos con miras a aumento sustancial de la productividad. Propuso la aplicación de los recursos económicos en manos del Estado a fin de promover una política de creación de empleos y la aplicación de la planta industrial, lo cual exigía llevar a cabo una reforma fiscal a fondo y reducir de manera consistente el endeudamiento público interno y externo. A los empresarios propuso un nuevo programa económico cuya base sería la producción de manufacturas para la exportación, incluyendo en dicho programa a los empresarios extranjeros.